La limpieza digital es fundamental. No se trata de borrar correos de trabajo, sino todos aquellos que no son importantes, sobre todo si hablamos de los del supermercado, notificaciones de compras que ya te han llegado y se han cobrado correctamente, publicidad, etc.
Todos esos correos electrónicos que saturan tu bandeja de entrada y no necesitas volver a revisarlos, deséchalos. Hazlo al mismo tiempo que los lees. Eliminar sin más preámbulos.
Archivar el correo
Organizar los mensajes en carpetas también es muy útil, sobre todo cuando hablamos de temas laborales. Si te resulta muy tedioso hacerlo como rutina diaria o, simplemente, no te das cuenta, reserva un dÃa a la semana, cada 15 dÃas, o al mes, para hacer una limpieza a fondo del correo y almacenar en sus respectivos carpetas lo que desea conservar. Te será muy práctico si tienes que consultar uno cuando pase el tiempo.
Por otro lado, no es necesario que exagere las carpetas. Procura tener unos cuantos con los conceptos muy claros, o pasarás más tiempo del debido intentando decidir en cuál poner ese mensaje de ese familiar que te ha encargado un trabajo. ¿Mano de obra? ¿Familiar? Independientemente de las categorÃas que decidas, elige las que te resulten más prácticas y evita copiar los métodos de otros que pueden no funcionar para ti.
Silenciar notificaciones
Silencias las notificaciones de correo electrónico para que no interrumpan tu curso laboral o ese momento libre con tu pareja o familia. Al igual que con redes sociales, es recomendable seleccionar qué avisos recibir por correo electrónico. Si tiene la opción de programar notificaciones para que solo suenen en el trabajo, no dude en hacerlo. Y si no quieres que eso suceda el fin de semana, recuerda quitarlos también los viernes o sábados para reactivarlos el lunes. Evita asà a uno de los ladrones de tiempo más importantes.
Usar dos cuentas de correo electrónico
Seguramente ya tienes dos cuentas de correo, una para el trabajo y otra personal, pero si no es asÃ, te recomendamos que abras una para dedicarla únicamente a asuntos como amigos, familiares y cuentas digitales, como esas. de plataformas de televisión y tiendas online, asà como las newsletters a las que te hayas suscrito, y reservar el resto exclusivamente para asuntos profesionales. Ahorrarás mucho más tiempo del que imaginas.