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Cirugía robótica en Bélgica: una mirada entre bastidores

Bélgica es pionera en el campo de la cirugía robótica. Para ver la técnica con nuestros propios ojos visitamos al urólogo Mottrie.

El profesor Alexandre Mottrie es urólogo en Onze-Lieve-Vrouwziekenhuis en Aalst y es conocido mundialmente por su experiencia en el campo de la cirugía robótica. Para saber qué lo convierte en un buen cirujano robótico y cómo funciona la cirugía robótica, lo visitaré.

Sin embargo, después de hacer algunas de mis preguntas más urgentes, llaman al médico para realizar una cirugía de riñón. Inmediatamente me ponen una bata de cirujano y me dirigen a un quirófano. La entrevista que tenía en mente se transforma de repente en una demostración en vivo.

Preparación

Un equipo del Dr. Mottrie está esperando en el quirófano. El paciente ya ha sido anestesiado, todo tipo de instrumentos están listos sobre una mesa y un robot Da Vinci espera contra la pared para ponerse a trabajar.

Sólo al inicio de la operación el urólogo debe entrar en contacto con su paciente. Hace algunas incisiones en el abdomen del hombre, después de lo cual conducen el robot a la mesa de operaciones. Una vez que los cuatro brazos del dispositivo han sido insertados en la cavidad abdominal del paciente, la operación puede comenzar realmente.

En la esquina

Para realizar la operación, el Dr. Mottrie se esconde detrás de una estación de trabajo ubicada en un rincón de la habitación. Rápidamente comprueba un escaneo reciente del hombre en una pantalla táctil, después de lo cual toma dos controladores. Estos controladores permiten al médico mover los instrumentos acoplados a los brazos robóticos sin ningún problema.

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“Gracias al robot puedo manejar tres instrumentos y una cámara. Así que el robot me da un par de manos extra”, explica Mottrie, mientras recorre el tejido adiposo en busca del riñón del paciente. “Con los pedales puedo cambiar muy fácilmente los controles entre los diferentes brazos. Además, es posible cambiar los instrumentos conectados al robot”.

par de ojos extra

Sin embargo, el robot Da Vinci no sólo proporciona un par de manos extra, sino también un par de ojos extra. Debajo de las imágenes en vivo que se toman en la cavidad abdominal del paciente, se puede mostrar un modelo del riñón del paciente. “A partir de exploraciones del paciente se puede reconstruir un modelo del riñón”, explica el médico. “Esto hace que sea mucho más fácil de operar”.

Estoy muy feliz de creer que un modelo puede ayudar al médico durante su operación. La cavidad abdominal del paciente está llena de tejido adiposo, entre el cual se esconde el riñón. Además, durante la operación, el tejido se cubre gradualmente con una capa de sangre. “El tejido adiposo contiene muchos vasos sanguíneos pequeños”, me tranquiliza Mottrie.

Además, el instrumento con el que el urólogo corta el tejido adiposo de su paciente no es una simple tijera. Se calienta el extremo para cauterizar inmediatamente los pequeños vasos sanguíneos. Esto debería evitar las peores hemorragias.

Creo firmemente que los robots serán autónomos en el futuro.

clips innovadores

Después de mucho buscar y cortar, el profesor Mottrie logra localizar el crecimiento en el riñón del paciente. Corta con destreza el tumor y luego un asistente lo guarda en una bolsa. Con bolsa y todo, se extrae el trozo de tejido maligno del abdomen del paciente.

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Coser el riñón también es una innovación en sí misma. “Es muy fácil cortar el tejido renal. Por eso utilizamos clips para asegurar el cable. Esto garantiza que el cable no se deslice a través del riñón”, explica el profesor Mottrie.

Futuro

Cuando le pregunto al Dr. Mottrie si en el futuro habrá robots que puedan funcionar de forma autónoma, está muy seguro. “Creo firmemente que los robots serán autónomos en el futuro. Sin embargo, esto no será para mañana, sino pasado mañana”, afirma con firmeza.

Sin embargo, por el momento los robots ya tienen mucho que ofrecer a los cirujanos. Durante toda la operación, el Dr. Mottrie pudo sentarse tranquilamente en un taburete, con una taza de café a su lado. “Durante la cirugía clásica, los médicos suelen tener problemas de espalda y cuello. De este modo, los robots pueden prolongar la carrera de los cirujanos entre cinco y siete años”, explica el médico. “Además, podemos hacer mejor nuestro trabajo si las operaciones se simplifican”.