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Conducir con sed es peligroso, pero beber agua puede costarle muy caro

Especialmente en verano tenemos que beber mientras conducimos porque la pérdida de líquidos puede hacer que estemos al volante en condiciones mucho más inseguras y seamos un peligro mayor para nosotros mismos y para los demás usuarios de la vía. Sin embargo, a su vez es una de las mayores inconsistencias de la DGT, porque podemos acabar con una multa.

Necesito hidratarme

A la hora de conducir, la DGT es consciente de la necesidad de que el conductor esté bien hidratado. Por eso uno de sus consejos básicos es que bebas, aunque no tengas sed, ya que la deshidratación provoca fatiga muscular y reduce nuestras capacidades al volante.

En viajes largos, la recomendación de Tráfico es que beber pequeñas cantidades a menudo para mantener estable la ingesta de líquidos y consumir al menos los vasos de líquido recomendados al día (2 litros al día). Además del agua, también recomiendan refrescos sin gas o zumos de frutas y verduras frescas. Esto te ayudará a mantenerte hidratado, refrescarte además de seguir una dieta saludable.

Dado que la deshidratación puede afectar el rendimiento cognitivo, es necesario beber agua con frecuencia y en pequeños sorbos cuando se conduce. Los expertos recomiendan beber agua a intervalos regulares (unos 330 ml) aproximadamente cada dos horas como mínimo, coincidiendo con descansos o paradasLo ideal es beber unos 50 cl cada 20-30 minutos o unos 150 ml cada hora.

Posible multa por beber

La multa entraría dentro del Artículo 18.1 del Reglamento General de Circulaciónque dice que “El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimiento, el campo de visión necesario y la atención permanente a la conducción, para garantizar su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás”. usuarios de la ruta. A estos efectos, deberá tener especial cuidado en mantener la posición adecuada y que el resto de los pasajeros la mantengan, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados de forma que no haya interferencia entre el conductor y ninguno de ellos».

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Por tanto, teniendo en cuenta que al menos vamos a tener que soltar una mano del volante para beber por la nariz o simplemente abrir la botella, cualquiera de las interpretaciones de la regla anterior podría llevarnos a recibir una multa por el descuido. Mientras bebemos ponemos nuestra atención en esta acción, no en el camino. A su vez, también reducimos nuestra libertad de movimiento. No es habitual, pero si un agente de tráfico considera que este acto ha supuesto una distracción para el conductor, puede sancionarte. La ley de tránsito la considera una infracción leve, sancionable con una multa de hasta 100 eurossin pérdida de puntos.

Aunque la multa es improbable y no demasiado frecuente, si queremos cubrir nuestras necesidades de hidratación sin correr el riesgo de recibir la multa, lo mejor es que aprovechemos para beber en las paradasque debe ser cada dos horas o aproximadamente cada 200 o 300 kilómetros recorridos para también estirar las piernas, relajarse, dar un pequeño paseo, refrescar el rostro con agua fresca, etc.

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