San Francisco se opone al desarrollo de robotaxi de Waymo y Cruise, a pesar de la autorización de los reguladores de California.
La semana pasada, la Comisión de Servicios Públicos de California (CPUC) Waymo y crucero autorizados para expandir sus negocios de transporte autónomo en la ciudad. Para detener sus ambiciones de ofrecer viajes en robotaxi por una tarifa por toda la ciudad de forma continua, el fiscal de la ciudad de San Francisco, David Chiu, ha presentado quejas a la CPUC, según TechCrunch.
Más daño que beneficio
El San Francisco Chronicle fue la primera publicación en señalar el miércoles que las acciones del fiscal municipal Chiu fueron motivadas por denuncias presentadas por ciudadanos y departamentos municipales. Numerosos lugareños expresaron su preocupación por la seguridad de las operaciones existentes de robotaxi en una audiencia prolongada de la CPUC el jueves pasado, en particular sus interacciones con bicicletas, conductores humanos y socorristas en las carreteras.
Tras la certificación de la CPUC, ha habido casos en los que vehículos autónomos han obstruido el tráfico o incluso han circulado sobre hormigón húmedo. Cruise y Waymo aún no han emitido declaraciones oficiales en respuesta a las mociones del fiscal de la ciudad hasta el presente informe.
Se denuncia sexo desenfrenado en robotaxis
Una historia relacionada sugiere que pueden resultar acciones sorprendentes debido a la facilidad de uso de los automóviles autónomos. Según un informe de Fox News, ocurren más conductas sexuales en robotaxis porque los pasajeros prefieren su privacidad cuando el conductor no está presente. Este hecho inesperado da a las continuas conversaciones sobre el uso de la tecnología autónoma en la vida cotidiana un nuevo y apasionante ángulo.
La oposición de San Francisco a los servicios de robotaxi ejemplifica las crecientes preocupaciones sobre el uso cada vez más rápido de automóviles autónomos y sus efectos en los entornos urbanos. A medida que avanza esta discusión, el futuro del transporte automatizado en San Francisco está en duda.
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