Gracias por visitarnos y por leer el artículo: Este prototipo parece sacado de Star Wars
¿Sabías que en la década de 1950 se pensó que un avión sin alas podría ser una buena idea? Aquí están las claves del C.450 Coléoptère.
La aviación ha tenido avances increíbles en apenas un siglo. Desde el primer prototipo creado por los hermanos Wright, hemos asistido a toda una serie de segmentos diferenciales. Durante décadas, podemos encontrar comerciales, militares o simplemente especialmente creado para el transporte de mercancías. Ahora bien, ¿cómo se pensaba que era este producto en la década de 1950? Entre los muchos prototipos que existían en ese momento, hay que hacer una mención especial al C.450 Coléoptère.
Era un prototipo que, curiosamente, contaba con una serie de elementos únicos en el mercado. ¿Un avión sin sus correspondientes alas? Esto es justo lo que se proyectó en su momento. El tiempo no le ha dado la razón, ya que todos los aviones cuentan con este elemento como medio de estabilización y, por supuesto, para realizando los giros. Aún así, este prototipo fue creado con el objetivo de establecer un proyecto revolucionario y único en el mundo.
Por lo tanto, veamos cuáles fueron algunas de las premisas más interesantes que rodearon este proyecto, por qué se estableció como una solución que no terminó en la línea de montaje y, por supuesto, hasta qué punto estamos ante una tecnología única en la industria. ¿Cómo es que se pensó en este curioso diseño? Al parecer, para entender este curioso producto hay que analizar la presencia de largas pistas de aterrizaje.
Un avión sin alas que, como era de esperar, no tuvo ningún éxito
En aquella época, las pistas de aterrizaje y despegue requerían el uso de grandes extensiones de terreno, lo que, en muchos casos, presentaba múltiples problemas. Con el fin de establecer rutas más cortas para alcanzar velocidades suficientes para emprender el vuelo, se decidió que una alternativa sería darle al avión la forma que se puede apreciar en las imágenes adjuntas a la noticia. Como se puede apreciar, se trataba de una especie de cilindro que contaba con un motor más grande y potente.
El principal objetivo del proyecto inicial era poner en marcha este modelo gracias a consumo de combustible mucho mayor. También se creía que esta tecnología podía superar velocidades superiores a MACH 1, algo que supuso un hito en la década de los cincuenta. Bueno, ¿cómo giraría en el aire? La verdad es que todo estaba planeado. Contenía una especie de espoleta que giraba según las necesidades de la dirección. Era un programa muy ambicioso que, sin embargo, no supo adaptarse a las necesidades requeridas en ese momento.
Aunque parezca mentira, la tecnología desarrollada en los años cincuenta pudo ser puesta a prueba, pero lo cierto es que no llegó a ser una opción viable. Debido a la ausencia de computadoras y medios informáticos, solo se podría hacer una simulación real. Tras realizar el despegue vertical, se pudo comprobar cómo, muy poco tiempo después, la estabilización en línea recta se hacía muy difícil. Como podría pensarse, pronto perdió altitud, lo que provocó que el piloto saliera disparado y, en consecuencia, la aeronave se estrellara.
Después de este episodio, una tecnología de estas características no se ha vuelto a probar. Esta fue, sin duda, una nueva demostración de la increíble importancia de las alas en un avión, cualquiera que sea el momento en el que se lleve a cabo este tipo de proyectos. ¿Quién diría que más de medio siglo después se hablaba de un modelo supersónico capaz de acercarse a los registros que ofrece el Concorde? Se espera que la industria continúe creciendo con el objetivo de facilitar viajes más sostenibles en el futuro.
