Todas las Noticias en Películas, Avances de Películas y Reseñas.

EXTRAÑO FESTIVAL: Rampage

Nuestra opinión

1 10

¡Una ambulancia, torpedeada por todos lados, se levanta y toma las armas! Como si Max Pécas hubiera intentado hacer de Haneke, Uwe Boll no quiere que se burlen más de él y responde con una provocación mal escondida detrás de un falso discurso de autor totalmente lamentable. Si los excesos entraran en su delirio Postal, es otro par de mangas con esto Gateando, objeto de promoción desafortunado que se supone que escandaliza a algunos y hace reír a otros. No vamos a gritar en perjurio: es solo una rebelión inmadura … Tampoco vamos a obligarnos a encontrarla divertida, simplemente apesta.

Mira la reseña de Rampage a continuación

Todos nos dijeron que Uwe Boll había cambiado, que se había enfrentado a él, que su cine era menos irreflexivo que en sus inicios y que la selección especial del Strange Festival estaba dedicada precisamente a las obras del malvado cineasta. seres queridos que podrían cambiar la apariencia y las opiniones en su contra. Si su desastre Postal totalmente convencidos de nosotros, es mucho menos el caso con Gateando, un falso pretexto para matar masivamente a personas inocentes sin vergüenza ni humor, una película peluda falsa, sin punto de vista o discurso que suscita aún más aire que Gus Van Sant en sus pasajes vacíos. Al amparo de una denuncia de violencia, mientras se ríe abiertamente de la boca de aquellos que se asustan (y sus víctimas) antes de masacrar a todos, nuestro alemán fetiche se complace en encajonar encrucijada improbable entre Elefante y cualquier producción Jerry Bruckheimer (a quien babea, pero cuya copia descarada copia) que dice que su único nombre era la tapadera de todos los excesos.

Recomendado:  Joker se suma a los estrenos de gala en el Festival de Cine de Zurich

Revisión de Ramwe de Uwe Boll

La peor parte es que Uwe es más convencional de lo que le gustaría: su película es menos limítrofe que Transformadores 2 que le gusta encender, y se siente obligado a encontrar un pretexto para su carnicería de carnaval, a autorizar sus palabras con monólogos en los que él mismo no cree en la sobrepoblación mundial, solo por provocación, y no Finalmente, establece un tono fuera de la mente de un rebelde de 17 años a quien le gustaría cambiar la sociedad de consumo. Como un clavo, el “ giro ” final definitivamente nos recuerda que el tipo finalmente no tiene un discurso que hacer, que su película es solo una ventana más provocativa para presentarse, ocultando torpemente la deshonestidad Resumen del caso. Pensándolo bien, todavía preferimos la inconsistencia ingenua pero hilarante (y por lo tanto entretenida) de un Casa de los muertos