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Inteligencia artificial y su uso para la vigilancia policial: ¿una amenaza para la privacidad?

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La inteligencia artificial ha transformado todo tipo de sectores de la sociedad y ahora parece que está poniendo un foco especial en la vigilancia policial. En los Estados Unidos, las fuerzas del orden utilizan actualmente la IA para buscar patrones de movimiento “sospechosos” a través de bases de datos de matrículas con miles de millones de registros.

Sin embargo, un reciente caso de tráfico de drogas en Nueva York ha generado una enorme polémica sobre el despliegue masivo de esta tecnología y los problemas legales y de privacidad que podría conllevar.

Para explicar este problema, desde Forbes dan este claro ejemplo. En marzo de 2022, David Zayas fue detenido mientras conducía su coche en Nueva York. Para el Departamento de Policía, el vehículo y su comportamiento fueron considerados sospechosos, ya que una herramienta de inteligencia artificial lo había identificado como potencialmente vinculado al narcotráfico.

Para llegar a esta conclusión, la IA había examinado una base de datos de 1.600 millones de registros de matrículas recopilados en el estado de Nueva York Durante los últimos 2 años y según sus análisis, su coche había circulado por zonas relacionadas con narcotraficantes en 9 viajes entre Massachusetts y Nueva York.

Tras la detención, la policía encontró drogas, un arma y una gran suma de dinero en el interior del vehículo y Zayas se declaró culpable de tráfico de drogas un año después.

Este caso, hasta ahora desconocido para la sociedad, da a todos una ligera idea y una muestra más de cómo la vigilancia impulsada por IA está evolucionando de forma muy positiva, aunque como era de esperar también trae consigo bastantes interrogantes sobre aspectos de privacidad.

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Si bien el reconocimiento automático de matrículas (ALPR) se ha utilizado para buscar matrículas vinculadas a delitos específicos, este caso utilizó la tecnología para ir un paso más allá y analizar los patrones de conducción de cualquier vehículo capturado por las 480 cámaras ALPR en el condado de Westchester durante bastante tiempo. tiempo: 2 años.

La IA también registró detalles sobre la marca, el modelo y el color de los vehículos, incluso cuando la matrícula no era visible o desconocida.

Eso sí, estas noticias que ahora salen a la luz han levantado ampollas y, sobre todo, muchas preguntas sobre privacidad y vulneración de derechos, ya que la inteligencia artificial realizó una “búsqueda sin precedentes” en la base de datos de vehículos capturados.

El abogado de David Zayas, Ben Gold, consideró que este sistema de vigilancia operaba sin supervisión judicial y que la recolección masiva de datos representaba una invasión a la privacidad y una violación a la Cuarta Enmienda -el derecho a la privacidad y el derecho a no sufrir una invasión arbitraria- .

“Sin supervisión judicial, este tipo de sistema funciona al antojo de cada funcionario con acceso a él”, dice el abogado.

Una tecnología en auge que sigue planteando graves problemas de privacidad

Este caso solo ha puesto de relieve las crecientes capacidades de este tipo de herramientas y plantea preocupaciones sobre cómo se está utilizando esta tecnología en otros departamentos de policía de los Estados Unidos o incluso a nivel mundial.

Rekor, una empresa de inteligencia artificial de renombre mundial en la industria, está detrás de la creación del sistema de vigilancia de matrículas utilizado por el Departamento de Policía de Westchester.

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Su software destaca por no requerir cámaras nuevas, lo que facilita su instalación en las existentes. Además, Rekor opera el proyecto “Red de seguridad pública de Rekor”, que recopila datos de ubicación de vehículos para crear una base de datos centralizada con intercambio de información entre estados.

Si bien la empresa ha vendido su tecnología a múltiples departamentos de policía y gobiernos locales en los Estados Unidos, ha surgido duda y sobre todo preocupación entre los activistas de derechos civiles sobre cómo se está utilizando y compartiendo la información recopilada por esta red de vigilancia que se espera siga creciendo.

En pocas palabras, estos defensores de la privacidad están planteando enormes preocupaciones sobre la falta de protección legal para los ciudadanos.

Algunos consideran que esto es solo la punta del iceberg en cuanto a las aplicaciones de esta nueva tecnología y advierten sobre la necesidad de establecer regulaciones y supervisión para garantizar un equilibrio entre seguridad y privacidad en la sociedad actual.