La guerra comercial en curso del presidente Donald Trump con China sacudió a Wall Street el lunes, haciendo que los mercados cayeran. El DOW perdió más de 800 puntos y Apple también se vio envuelta en el caos. Las acciones de Apple terminaron el día a 193,34 dólares por acción, una pérdida de 10,68 dólares (-5,23%), sobre un gran volumen de 50,7 millones de acciones negociadas.
Sin embargo, Apple no fue una víctima aleatoria, ya que se considera que la compañía tiene una exposición significativa a problemas con China. Apple fabrica la mayor parte de su hardware en China, y ese hardware está potencialmente sujeto a aranceles que el presidente Trump está imponiendo a los productos importados de China. Wall Street está preocupado tanto por el efecto que podría tener en las ventas y ganancias de Apple en Estados Unidos, como por la forma en que cualquier desaceleración de la economía china podría afectar las ventas en ese país.
Luego está el actual malestar a favor de la democracia en Hong Kong y lo que se considera una devaluación deliberada del yuan chino. El gobierno de China generalmente interviene cuando el yuan cae, pero no lo hizo cuando el yuan cayó el lunes. Los analistas ven esto como una señal de que los gobernantes comunistas de China han aceptado que no podrán llegar a un acuerdo con Estados Unidos en el corto plazo y están utilizando la caída del yuan para ayudar a impulsar la fabricación nacional. Wall Street no está interesado en una guerra comercial prolongada.
Es un gran lío político, y un ejemplo de cómo Apple ha crecido hasta ser tan grande que los factores que tienen poco que ver con la ejecución de su estrategia por parte de Apple aún pueden tener un efecto en la valoración de las acciones de Apple.
