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La prohibición del iPhone en Beijing se trata de dinero, no de política

La empresa china que ganó la prohibición de las ventas de iPhone 6 en Beijing ha estado muerta durante aproximadamente un año. Pero si está pensando que este es un caso en el que el gobierno de China está usando el nombre de Shenzhen Baili en un juego político contra Apple, piénselo de nuevo; este es un caso en el que una empresa no pudo hacer nada al fabricar productos de mala calidad en un mercado despiadado.

La prohibición del iPhone 6 en Beijing es un robo de dinero, no política

Shenzhen Baili y su empresa matriz, Digione, presentaron una demanda por infracción de patente contra Apple en diciembre de 2014 alegando que el iPhone 6 y el iPhone 6 Plus robaron conceptos de diseño que poseían. Un tribunal de Beijing otorgó recientemente una orden judicial que bloquea la venta de esos modelos específicos de iPhone en la ciudad, y a Apple se le otorgó una suspensión de la orden para que todos sus modelos de teléfonos inteligentes aún estén disponibles.

La orden judicial podría verse como una victoria para Baili, suponiendo que todavía estuviera en el negocio. Tanto Baili como Digione se derrumbaron antes de finales de 2015, según el Wall Street Journal, y lo que parece ser poco más que un caparazón de Baili continúa con el caso.

Baili no parece estar haciendo mucho más que mantener el caso de infracción de patente de diseño. Sus oficinas están cerradas, los sitios web de la empresa están fuera de línea y sus teléfonos no reciben respuesta.

La compañía no tiene la mejor reputación en el mercado de teléfonos inteligentes, y eso puede no ayudar en su caso durante la apelación de Apple. Baili presentó su patente de diseño cuando las imágenes del iPhone 6 comenzaron a filtrarse en Internet y las similitudes entre los dos eran sorprendentes.

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Digione presentó la demanda por infracción de patente poco después de que se lanzaran el iPhone 6 y el iPhone 6 Plus y se encontró con el escepticismo público y las acusaciones de que robó y luego patentó los diseños de Apple, y recurrió a los tribunales como un movimiento publicitario para ayudar a las ventas de productos. Teniendo en cuenta la mala reputación que tenían sus teléfonos inteligentes de mala calidad, es probable que Digione realmente esperaba que el caso fuera un buen movimiento de marketing.

Sin embargo, los consumidores no estaban interesados ​​en comprar teléfonos que fueran propensos a sobrecalentarse y ejecutar un sistema operativo defectuoso.

Digione también enfrentaba la presión del inversionista de renombre Baidu por las acusaciones de que redirigió el dinero destinado a crear un nuevo sistema operativo para fabricar teléfonos de baja calidad. Baidu inició un caso de arbitraje contra Digione para recuperar su dinero. Teniendo en cuenta que tanto Digione como Baili son insolventes, no parece que Baidu obtenga su dinero en el corto plazo.

No es de extrañar que Baili mantenga un caparazón para seguir adelante con la demanda considerando que no podría competir en el mercado de teléfonos inteligentes, y Baidu está presionando el cuello financiero de Digione. Esta demanda parece la última esperanza de Digione para recuperar el dinero que perdió tratando de competir en un mercado donde fue superado por la mayoría de los demás fabricantes de teléfonos inteligentes.