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¿Por qué las películas de Tim Burton tienen una estética similar? – Noticias de cine


Disfrutando el estreno de la película animada The Corpse Bride este sábado (6) en Netflix, nada mejor que volver a visitar la carrera de Tim Burton, ¿no? ¡El director, guionista, productor y diseñador estadounidense es reconocido mundialmente por películas como Edward Scissorhands, Big Fish and Its Wonderful Stories y Mars Attacks! y deja en claro que su estilo habla por sí mismo. ¿Pero alguna vez te has preguntado por qué?

En todas sus producciones, es muy claro notar que, además de retomar asociaciones con artistas como Johnny Depp y Helena Bonham Carter, además del compositor Danny Elfman, Burton siempre prioriza un aspecto gótico, incluso noir, delineado por colores como el negro o el blanco. Tal contraste se utiliza para enfatizar las ideas de sus personajes o para componer los entornos, convirtiéndose así en una de sus marcas registradas.

Pero nada de esto es por casualidad. Fanático de la animación y el stop-motion, Burton produjo cortos animados en su propio patio desde muy joven, como resultado de su gusto por el cine, el horror y la pintura. El artista siempre ha sido una persona introspectiva, cuyo refugio era el cine y el dibujo. Entre sus mayores fuentes de inspiración están el Dr. Seuss y Roald Dahl, ambos escritores de literatura infantil, y también la escritora Mary Shelley. Dahl es el autor de The Fantastic Chocolate Factory, que Burton más tarde adaptó para el cine.

ESTILO CARACTERÍSTICO DESDE LOS PRIMEROS CORTOMETRAJES

Además de estas inspiraciones, Burton produjo y dirigió, en 1982, su primer corto animado: Vincent. El trabajo fue el primero en Disney y, hoy, es una de sus películas más queridas entre los fanáticos. La historia se basa en un poema propio que presenta a un niño que fantasea con que es su héroe, Vincent Price. Price mismo narra el corto.

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En 1984, se lanzó Frankenweenie, otro cortometraje que no es más que un homenaje a Mary Shelley y su Frankenstein. En él, Burton cuenta la historia de un niño pequeño que hace todo lo posible para resucitar a su perro que ha sido atropellado. En ambos cortos hay una banda sonora fuerte y, por supuesto, se hicieron en blanco y negro, dos de sus características más evidentes en sus producciones cinematográficas. Es tan importante Frankenweenie ganó una nueva versión en formato completo en 2012.

En 1988, lanzó Os Fantasmas se Divertem, quizás una de sus películas más completas y entretenidas. El aspecto excéntrico y sus personajes extraños y carismáticos le dieron a Burton el ímpetu para convertirse en un codiciado director en Hollywood. Tanto es así que, en 1989, dirigió a Batman, que todavía se reconoce como una de las mejores adaptaciones del héroe de DC, especialmente por seguir la estética de los cómics y por la excelente elección del intérprete de Joker, Jack Nicholson.


Durante las siguientes décadas, Burton construyó una carrera centrada principalmente en el género de fantasía, sin dejar que el estilo gótico y surrealista se desenfoque. Incluso cuando dirigió la biografía de Ed Wood en 1994, destacó el uso de B&W y también un tono satírico. Con la excepción de Marte Attacks! y Planeta dos Macacos, dos producciones de ciencia ficción, la trayectoria de Burton siempre ha seguido un camino en el que la creatividad siempre ha sido evidente.

Entre sus mayores éxitos de taquilla en cine, se encuentran Eduardo manos de tijera, La fantastica fabrica de chocolateSweeney Todd y La novia cadáver. Al mirar la carrera de Burton en general, su alternancia entre animaciones y acciones en vivo es muy clara y atractiva.

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Sus últimas tres películas tienen géneros mixtos, pero se conectan mucho cuando pensamos en el arte visual. Esto se debe a cómo se narran las historias, a los personajes complejos y al contraste visual entre colores intensos y escenarios que sin una explicación es necesaria. Un drama personal y humano (Big Eyes), una fantasía excéntrica (The Home of Peculiar Children) y un remake de acción en vivo de Disney (Dumbo) resaltan el talento múltiple de este director que siempre ha permanecido cerca de su esencia.