A la edad de seis años, el koala Buster Moon mira un espectáculo musical que cambia el destino de su vida. A partir de ahí, el niño decide tener un teatro y promover espectáculos y eventos como ese.
A través de mucho trabajo, el padre de Moon cumple el deseo de su hijo al presentarle la compra del teatro. Pero, con el tiempo, el teatro Moon pierde su credibilidad y también toda su audiencia.
Para tratar de salvar su teatro del fracaso y de tantas facturas vencidas, Moon promueve un concurso de canto que, gracias a un error tipográfico en su escritorio, promete un premio de cien mil dólares para el ganador. El anuncio equivocado atrae a toda la ciudad a audiciones, donde Moon selecciona a los participantes para el gran espectáculo que salvaría a su teatro de la bancarrota.
La animación comienza presentando la vida de sus personajes principales, lo que quita algunas de las expectativas para el momento de las audiciones. Los personajes tienen en común el sueño de convertirse en artistas. Cantantes, bailarines o músicos, todos buscan el mismo objetivo, y todos tienen problemas que les impiden lograrlo. La presión familiar, el descrédito, el miedo e incluso una relación abusiva son problemas que enfrentan los personajes durante el transcurso de la película, pero que resultan insignificantes en el resultado.
Debido a que es una animación y tiene una gran cantidad de niños como público objetivo, el guión es diferente, ya que presenta varias situaciones presentes en nuestra sociedad, involucrando varios tipos de personalidades y escapando de los clichés de las películas infantiles.
Ignorando la idea de que las producciones infantiles no tienen que ser muy complejas, la función trae mensajes que van mucho más allá de bromas y desordenes. Sus momentos reflexivos pueden ser fácilmente ignorados por un niño, pero hacen que un adulto piense.
Además, la película presenta grandes éxitos musicales de los últimos años, lo que puede ser una gran decepción para aquellos que ven doblados en portugués, ya que el audio original en inglés se mantiene durante las canciones cantadas por los personajes, lo que hace que la discrepancia entre voces originales y dobladas.
La calidad gráfica, el guión, la banda sonora y la dramatización de la función finalmente resultan en una buena atracción para la familia. Divierte a los niños, entretiene a los adultos, provoca nostalgia musical y se mantiene al día.
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