Aunque algo anticlimático, el penúltimo episodio de la temporada presenta desarrollos serios hacia el resultado.
¡ATENCIÓN! ESTE TEXTO CONTIENE SPOILERS DE WESTWORLD.
Estamos cerca del final de la tercera temporada de Westworld, que este año nos presentó a un nuevo mundo en el que la tecnología controla no solo a los anfitriones sino también (o más bien, principalmente) a los humanos. Según lo prometido y esperado, personajes como Clementine han regresado y los secretos de Caleb finalmente han sido revelados. En este séptimo episodio, titulado “Peón pasado”, cuyo significado tiene que ver con el ajedrez y las preocupaciones de ese peón que no tiene oponente y no puede ser bloqueado, el jaque mate que trae la narrativa es el verdadero significado del El papel de Caleb. Este papel que Dolores siempre supo de qué se trataba.
Es importante evaluar cómo la trayectoria de Caleb ha sonado creciente y eficiente hasta ahora, ya que el personaje siempre ha mostrado fluctuaciones en la memoria y una falta de adecuación, incluso cuando su camino se encontró con el de Dolores. Gracias a la gran actuación de Aaron Paul, Caleb dice mucho con su mirada a veces perdida, a veces cansada cuando trata de entender todo lo que lo rodea. Y este comportamiento alcanza su clímax en “Peón Pasado” gracias a la actitud de Dolores al llevarlo de regreso al lugar donde realizó un experimento que, en teoría, lo haría seguir su ciclo narrativo hasta el final. Después del gran descubrimiento de los planes de Serac (el verdadero clímax de esta temporada), ya estaba claro que Caleb también tenía una línea de vida delineada por las máquinas.
Lo que nos quedaba por saber era si todos los flashbacks expuestos desde el principio eran reales, así como sus recuerdos de guerra del lado de su mejor amigo. En “Peón Pasado”, todo se nos explica: desde la muerte de Francis hasta el oscuro vacío de su vida que trató tanto de recordar. Con la ayuda de Dolores y Solomon, un nuevo “personaje” en forma de máquina a la Hal de 2001: Una odisea del espacio, se expone su verdadero significado como humano distorsionado por la tecnología. Pero, ¿por qué esa explicación suena tan abrupta y anti-climática?
El problema con “Peón pasado” es que el episodio se basa deliberadamente en herramientas expositivas para explicar aún más cuán falsificada se ha vuelto la mente de Caleb. Por lo tanto, es más que justo decir que, después del excelente episodio 05 de la temporada, el verdadero clímax ya había sido superado. Aunque la explicación de todo el arco de Caleb es buena e importante para hacer que la trama progrese en un escenario general, la forma en que se puso en este episodio tomó mucho de su forma porque duró más de lo necesario.
Para equilibrar el drama y la información del arco de Caleb, el encuentro de Maeve con Dolores fue uno de los mejores momentos del episodio, así como todo el tema que involucró a William, Bernard y Stubbs. Sin embargo, la razón del desacuerdo entre los personajes más fuertes de la temporada no es convincente; después de todo, el niño que Maeve anhela cuidar no existe y nunca existió. Ver malicia u opresión en la misión de Dolores no tiene ningún sentido, porque lo que más quiere el personaje de Evan Rachel Wood es liberar a los humanos para que, finalmente, los anfitriones también se liberen definitivamente. Es una sensación de independencia que ayudaría a ambas partes, y es irónico que Maeve pelee por Serac, cuyo ideal siempre ha sido comandar a ambas especies.
En medio de una buena historia de fondo y conexiones algo simplificadas dada la complejidad de la trama en este nuevo mundo, Westworld se dirige a una conclusión de temporada que promete entregar algunas contradicciones significativas; en particular, la revuelta de algunas versiones de Dolores (especialmente Charlotte) contra ella y las posibles acciones de Caleb que afectarán a su propia especie. Hombres luchando por robots y robots luchando por hombres … una gran paradoja que ciertamente no terminará pacíficamente.
