Seré amado cuando muera es un documental sobre la obsesión particular de Orson Welles y la última década de su carrera. No es un toma de tradicional, y sí, un retrato de la vida del cineasta.
La película narra la producción de otra película de Orson, “El otro lado del viento”, que se filmó entre 1970 y 1976 y ahora está disponible en Netflix.
También dice mucho sobre el hombre detrás de todo. Como artista de vanguardia, Welles estaba claramente adelantado a su tiempo, y posiblemente aún por delante de nosotros, imaginando una película hecha completamente de lo que llamó “accidentes divinos”.
El director, Neville, utilizó estratégicamente imágenes en blanco y negro de una manera excéntrica con caras capturadas en ángulos peculiares. Tuvo cuidado de evitar que la película cayera en hagiografía (biografía de la vida de algún santo).
Seré amado cuando muera es un documental complicado para entender la esencia.
En Seré amado cuando muera, Neville se las arregla para plantear al menos una docena de teorías igualmente perspicaces sobre Welles, pero termina teniendo fuentes constantemente contradictorias.
Eso se debe a que se basa en entrevistas con el equipo y los actores, así como en escenas detrás de escena. El documental explora la creación de “El otro lado del viento”, menos la mecánica de su restauración. Pero también se enfoca igualmente en la mitología de Welles.
Neville incluye clips de Orson hablando de sus expectativas antes de comenzar la producción. Tenía la intención de que la película fuera su película de regreso de Hollywood.
En varios de los clips, filmados a fines de la década de 1960, entretiene a un grupo de periodistas. Describe la película como algo que nunca has visto. Quizás como una combinación de documental, improvisación, películas dentro de películas, etc.
En cualquier caso, es un documental complicado, que da pistas sobre la rareza de Welles en los 1970s.
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