Las temperaturas en algunas zonas de Chile y el norte de Argentina se han disparado de 10 °C a 20 °C por encima del promedio en los últimos días. Las ciudades de la cordillera de los Andes han llegado a 38°C o más, mientras que en la capital argentina, Buenos Aires, las temperaturas superaron los 30°C, superando en más de 5°C su anterior récord de agosto. En la ciudad de Rivadavia se alcanzaron temperaturas máximas de 39 °C. No en vano, algunos climatólogos ya han sugerido que esta podría ser una de las olas de calor más extremas jamás registradas.
Unas cifras desconcertantes teniendo en cuenta que estamos en pleno invierno en esta parte del mundo. Y está lo suficientemente al sur que las variaciones estacionales tienen un impacto sustancial en las temperaturas. Buenos Aires, por ejemplo, está tan al sur como Japón, Tíbet o Tennessee están al norte.
En términos de desviación de las temperaturas que se esperarían en un lugar y una época del año determinados, esta ola de calor es comparable, si no mayor, a las recientes olas de calor en el sur de Europa, Estados Unidos y China. En Vicuña, una de las ciudades de los Andes chilenos que recientemente alcanzó los 38 °C, un día típico de agosto podría tener 18 °C más o menos; imagina que hace 20 °C más de lo normal donde sea que estés ahora.
¿Qué está causando la ola de calor en América del Sur?
Durante los últimos seis días, un área persistente de alta presión, o anticiclón, ha permanecido al este de los Andes. También conocido como “bloqueo alto”, parece ser la principal causa del intenso calor.
El bloqueo de los anticiclones puede causar olas de calor de tres formas principales. Primero atraen aire más cálido cerca del ecuador. El sistema también comprime y atrapa el aire, calentándolo, como sucedió con la ola de calor de 2021 en el noroeste del Pacífico, que rompió el récord de temperatura canadiense en casi 5 °C. Finalmente, las altas presiones hacen que haya poco aire ascendente y, por lo tanto, poca nubosidad. Esto permite que el sol caliente la tierra de forma continua durante el día, acumulando calor.
Sin embargo, los científicos deben observar más de cerca la meteorología de este evento sin precedentes para obtener una comprensión más completa.
El fenómeno de El Niño hizo más probable
La ola de calor entre Chile y Argentina puede haber sido más probable debido al desarrollo de El Niño en el Océano Pacífico. Los eventos de El Niño, que normalmente ocurren cada cuatro años, se caracterizan por temperaturas cálidas en la superficie del mar en el Pacífico tropical central y oriental. Actualmente, las temperaturas en el Pacífico central están aproximadamente 1°C por encima del promedio para la época del año.
Estas temperaturas oceánicas más cálidas hacen que el aire flote más sobre el Pacífico central, lo que hace que se eleve. Esto provoca cambios en los patrones de circulación atmosférica más allá. Los cambios inducidos por El Niño en la circulación atmosférica generalmente dan como resultado una presión más alta y temperaturas invernales más cálidas para esta parte de América del Sur.
El cambio climático agudizó la ola de calor en Sudamérica
El sistema de bloqueo que causó el calor extremo probablemente habría resultado en temperaturas cálidas incluso en ausencia del cambio climático antropogénico. Sin embargo, el rápido calentamiento provocado por el cambio climático permitió que la ola de calor se tornara verdaderamente sin precedentes.
Los científicos del clima esperan ver récords de temperatura rotos a medida que nuestro planeta continúa calentándose. Esto se debe a que la distribución de las posibles temperaturas se desplaza cada vez más.
Chile ya experimentó recientemente los efectos del cambio climático a través de una severa ola de calor en febrero, a fines del verano, que provocó varias muertes por incendios forestales, así como una megasequía de una década. El país rechazó recientemente un nuevo borrador de la constitución que habría obligado a su gobierno a tomar medidas contra la crisis natural y climática.
El impacto a largo plazo de una ola de calor invernal
Las temperaturas más altas parecen haber disminuido en gran medida en los Andes. Sin embargo, las temperaturas siguen estando muy por encima del promedio en el norte de Argentina, Bolivia y Paraguay, y lo seguirán siendo durante los próximos cinco días.
Los efectos de las olas de calor invernales son menos conocidos que los de las olas de calor estivales. Para Chile, el impacto más probable es sobre la capa de nieve en las montañas, que proporciona agua para beber, para la agricultura y para la generación de energía. Es probable que el derretimiento de la capa de nieve también afecte la diversidad de flora y fauna de los Andes..
En general, esta ola de calor es un recordatorio sorprendente de Cómo los humanos están cambiando el clima de la Tierra. Continuaremos viendo estos extremos sin precedentes hasta que dejemos de quemar combustibles fósiles y de emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera.
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