El ZTE Axon 20 5G se convirtió en el primer teléfono con cámara debajo de la pantalla que salió a la venta.
Desde hace un tiempo, varios fabricantes están trabajando en colocar la cámara frontal de sus teléfonos debajo de la pantalla. Próximamente no sólo será posible colocar la cámara frontal debajo de la pantalla, sino que también será posible colocar el sensor de desbloqueo facial debajo del panel, tal y como ha hecho oficial Trinamix.
Trinamix tiene desvelado un sensor de desbloqueo facial 3D que se puede colocar debajo de un panel OLED. Este sensor permitiría hacer mucho más cómodo un teléfono todo pantalla y que en un futuro próximo ya podríamos ver en algunos móviles Android.
Este sistema de desbloqueo facial bajo pantalla de Trinamix destaca por su uso de datos. Además de capturar la luz infrarroja con un patrón de puntos, la tecnología utiliza una función llamada Análisis del perfil del haz para medir la distancia y el material. Según la empresa, ofrece el mismo nivel de rendimiento que sistemas como ToF. En este caso, el único requisito importante es el uso de una pantalla similar a la que ha utilizado ZTE en su celular.
Esta tecnología se puede utilizar en muchos casos, como en pagos móviles, donde será suficientemente segura. Además, incluso contará con detección de piel para asegurar que se trata de una persona real intentando desbloquear el teléfono y no una foto o algún tipo de cartulina.
Esta tecnología de Trinamix llegará al mercado en un futuro próximo, la marca ha dicho que está trabajando con algunos fabricantes de teléfonos, pero no han dado nombres por el momento. Actualmente los fabricantes están probando este nuevo sistema, por lo que no parece que vaya a estar en el mercado este año. Se estima que los primeros envíos podrían comenzar en los primeros meses de 2022. Además, la firma lo mostrará en directo en un evento en Shanghái a finales de febrero.
Al igual que con una cámara debajo de la pantalla, es posible que este sistema de desbloqueo facial debajo de la pantalla sea un compromiso. La calidad podría ser peor o tardaría más en reconocer el rostro que un sensor normal, pero abre el camino a un uso más generalizado en el futuro.
