El Consejo de Consumidores de Shanghai ha pedido a Apple información sobre la decisión de la compañía de ralentizar los iPhones con baterías degradadas, o Throttlegate, según Reuters. A esta nueva convocatoria se suma un coro de juicios, e incluso una investigación penal francesa, exigiendo información y perjuicios por la práctica.
Acelerador
Los usuarios de iPhone descubrieron la práctica al analizar los datos de referencia de GeekBench. Esa investigación encontró un rendimiento constante más lento en iPhones con baterías degradadas. La prensa y los abogados de acción colectiva rápidamente (y erróneamente) convirtieron eso en que Apple desaceleró los iPhones viejos en general, arrojando toneladas de publicidad negativa sobre la compañía.
Apple rápidamente aceptó la práctica, una vez que ya se descubrió, y explicó que era una solución técnica diseñada para evitar que los dispositivos afectados se apagaran inesperadamente. La compañía comenzó a hacerlo en febrero de 2017, pero los desinformados lo tomaron (erróneamente) como una confirmación de que es un esfuerzo deliberado para engañar a las personas para que compren nuevos iPhones.
Ha habido una avalancha de acciones colectivas presentadas en los EE. UU. Por los problemas, ya que los abogados huelen la sangre corporativa en el agua. Apple se ha disculpado por no informar a los clientes. La compañía también redujo el precio de los reemplazos de baterías en 50 dólares, hasta 29 dólares, durante un año. El Consejo de Consumo de Shanghai también quiere saber qué va a hacer Apple al respecto en China.